¿Por qué me apasionan las arañas saltarinas?

Simple, porque me siento identificado con ellas. 

En el mundo de los arácnidos existen dos grandes grupos: las arañas tejedoras y las cazadoras. Las arañas tejedoras son todas aquellas que se alimentan mediante la recolección, es decir, se sacrifican largas horas tejiendo su red para luego esperar sigilosamente a que su comida caiga en la trampa. Por otra parte, las arañas saltarinas (o saltícidos)  son excelentes cazadoras, dotadas de grandes ojos que le permiten ver en 360° y con una agudeza visual e inteligencia sin igual. A diferencia de las tejedoras, son aventureras y viven en búsqueda de su alimento, a veces pasan días sin cazar, pero no desisten y continúan perseverantes. 

En este sentido, he sido un híbrido. Durante mi adolescencia dediqué mis energías en construir una tela firme y sólida de conocimientos y habilidades, herramientas que hoy son mi pilar fundamental; pero al pasar los años, me di cuenta de que las grandes metas en la vida y lo transcendental está allá afuera, muy lejos de la zona de confort y como una araña saltarina, he abandonado la tela dejando todo atrás, solo traigo conmigo mis ojos fotográficos y vivo día a día en búsqueda de capturar bellos y únicos momentos, alimentando así mi pasión por el bello arte de fotografiar.